Recuerdo muy bien la primera vez que vi a Dj Perro en vivo. Esa noche iba completamente en blanco ya que el math rock no es un género que conozca a profundidad ni que escuche regularmente, así que en realidad no sabía que esperar. Había escuchado su nombre en las reuniones de mis amigos, así comenzó el rumor, un tal Dj Perro que no era un dj y hacían mucho rock. El nombre, siempre sujeto a confusiones y cómicas controversias, surgió una tarde de videojuegos. Decidieron mantenerlo y sacarle provecho a la especulación que genera. Una noche de hace más de un año asistí a uno de sus shows en el centro de Puebla por la invitación de uno de sus guitarristas y de ahí surgió tanto un gran amor por su música como una bonita amistad con la banda. Ya tocó escribir sobre esa primera experiencia, y hoy -después de una larga espera- el rumor se desvanece, el eco se apaga y su historia comienza. Les presentamos nuestra reseña sobre su disco debut: Canis Allegro.

Siete piezas aguardan dentro de este material con alegre portada, diseñada por uno de los ilustradores consentidos de la escena alternativa poblana: Oh Fetush!, las cuales fueron grabadas y producidas parcialmente en los estudios del Tecnológico de Monterrey Campus Puebla y otra parte en Ameba Studios, otro proyecto que también está poniendo todo de su parte para avivar la llama de la escena independiente poblana. Es un disco breve pero con mucha energía, muchas guitarras, excelente producción y sorpresivos ritmos y figuras que no necesitan ni una sola palabra para llenarte de energía o llegarte directo al kokoro [“corazón” o “núcleo espiritual humano” en japonés, con eso de que les gusta mucho el anime].
Todo comienza con Jazzstas, una alegre y movida canción que te lleva como una divertida montaña rusa: te sube, te baja y te pone a bailar. Y si bien sus canciones no tienen letra, de una u otra manera han encontrado espacio para que todas las voces de su público se unan en coro con las de la banda. Por ejemplo, en esta canción podemos gritar UNO, DOS, TRES, AAAAAUUUUU, en lugar de ¡MAAAMBO! ¿Entendieron el chiste? Bueno sigamos. Ahora nos encontramos con Okunoshima, una canción que sería el soundtrack ideal para cuando estás iniciando tu entrenamiento para una carrera de 10 km -ok, 5- después de meses (probablemente años) de no mover tu trasero del sofá. Algo así como la canción de fondo de un acto desesperado llevado a cabo sin pensarlo demasiado con la intención de darle un giro a tu vida después de una gran decepción amorosa [o inserte cualquier otro sueño aquí]. Tiene partes que van de “corro con todas mis fuerzas” a “debo parar porque siento que me muero”.
Gregor y Gecko fueron sus dos sencillos, lo primero que su público pudo escuchar como adelanto de este material. La primera en un inicio suena totalmente como el score de un videojuego para después convertirse repentinamente en una canción que nos recuerda a duendes irlandeses. En ambas se crea un gran juego de guitarras eléctricas que son guiadas por una muy precisa batería. Lo que hace especial a Gecko es su puente musical, que nos da un respiro de todo el caos sucediendo a nuestro alrededor pero que parece estar perfectamente coreografeado. No, aquí no hay ni un solo golpe de high hat al azar. Juamperrito por su parte es como un comodín, algo así como un Paketaxzo, trae un poquito de todo pero no deja de ser una buena y divertida canción. El disco cierra con Depreshawn, la cual anuncia el final de este largo trayecto de más de dos años de la banda para llegar hasta aquí, su disco debut.

Después de pisar escenarios donde nadie los conocía y al final llevarse tantos aplausos y nuevos amigos; después de abrir conciertos como los de Totorro, Delta Sleep y Polyphia, esta primera etapa acaba genialmente con Depreshawn. La parte más emotiva llega al minuto 2:20 donde parece que todo acaba por completo pero la banda nos complace con un poco más de guitarras llenas de nostalgia y catarsis. Pareciera ser un acto para aplazar este momento lo más que se pueda. Sí, esta canción puede que anuncie el final de esta primera etapa pero también nos indica que hay todavía un trayecto largo que recorrer. Bandas que marcaron la escena poblana durante varios años como Beta, Joliette, Niños Héroes -entre otros- ya han emigrado y han dejado un espacio vacío en los escenarios de la ciudad. Dj Perro viene a llenar ese vacío.
¿Qué? ¿Creyeron que se me estaba olvidando una canción? ¡Por supuesto que no! La he dejado hasta el final porque es mi favorita de la banda y merece un espacio solo para ella. Su nombre es 5/4 y es a mi parecer la que más cautiva y transmite del disco. Si bien el inicio es un poco desconcertante con el bajón de tempo, los toms retumbantes y un bajo más relajado, todo se vuelve más claro cuando entran las guitarras de manera armoniosa. Pareciera que este intro nos prepara para el remolino de emociones que está a punto de surgir en nosotros.
Las tres guitarras nos llevan de manera delicada para después transportarnos agresivamente al pasado en el coro. A esos momentos que no podemos cambiar, y reproducimos una y otra vez en nuestras cabezas para encontrar los errores y saber qué pudimos haber hecho para las cosas salieran como queríamos. Nuevamente logran sorprendernos con un último momento de catarsis, nos dejan en total calma por unos pequeñísimos instantes y después todos sus instrumentos se unen para obligarnos a sentir por última vez eso que nos causa tanta melancolía solo para dejarlo ir de una vez por todas.
Canis Allegro disponible ya en todas las plataformas digitales. Puedes comprarlo a través de Bandcamp y en formato físico cuando Axel deje de odiar el mainstream. Más reseñas como ésta en #ruexmag, ¡síguenos!
This is America | Childish Gambino estrena nueva canción + video