Rotten Tomatoes: 90% Metascore: 77 IMDb: 7.7
El 06 de enero de 1994 fue un día inolvidable para Nancy Kerrigan. Justo después de terminar su entrenamiento, la joven promesa del patinaje artístico fue atacada por un desconocido. Su futuro olímpico se encontraba en riesgo a causa de una fuerte lesión en su rodilla derecha, lo que le impedía competir en la última clasificatoria para el equipo nacional.
Los medios de comunicación no tardaron en señalar a una presunta responsable: Tonya Harding, su más acérrima rival, la primera mujer norteamericana en completar de manera exitosa un complejo movimiento durante una competencia.
Pero, como diría Tonya (personificada por una sobresaliente Margot Robbie), “¿Qué clase de maldito golpea la rodilla de su amiga? ¿Quién le haría eso a una amiga?”
Para Harding, Nancy era una amiga con la que había compartido cuarto de hotel. Culpaba a la prensa de su enemistad, puesto que ambas representaban extremos opuestos del American Way. Kerrigan había crecido en un ambiente privilegiado mientras que Tonya… Todas las compejidades y contradicciones de sus años formativos son exploradas en I, Tonya (Craig Gillespie, 2017), una oscura comedia que demuestra que, en varios sentidos, la realidad es mucho más extraña que la ficción.
Desde el inicio de la película, nos queda bastante claro que la vida de Tonya Harding es difícil de explicar. Una simple advertencia al espectador lo resume todo, toda la trama es producto de un recopilación de testimonios contradictorios sobre la figura de Harding y el incidente de Kerrigan.
Tonya Harding es una mujer cuyas oportunidades en la vida fueron limitadas. Nacida a las afueras de Portland, Oregon en el seno de una familia pobre e inestable. Su madre, LaVona Golden (una fría Allison Janney), vio en el patinaje artístico una oportunidad para que Tonya mejorase la situación económica de todos. Obligada a patinar desde los 4 años y con una educación interrumpida para lograr una técnica perfecta, Tonya es víctima de sus circunstancias. Su falta de recursos le impiden destacar como debería en su deporte por no poderse costear un traje bonito, la crueldad de su madre le impide observar la verdadera naturaleza de su primer esposo, Jeff Gillooly (Sebastian Stan), el responsable intelectual del ataque a Nancy Kerrigan…Pero, ¿en realidad Tonya es una víctima de sus circunstancias o pretende serlo?
Una de las mayores fortalezas del guion de Steven Rogers es que nunca emite un juicio sobre su inusual protagonista. Dependiendo del narrador en turno, Tonya es una santa o el demonio personificado… O incluso alguien más compleja que las casillas a las que quieren reducirlas constantemente. Sin embargo, nadie puede negar que Tonya Harding tiene un carácter fuerte. Margot Robbie captura esto, así como la contradictoria naturaleza de Harding, a la perfección, lo que le valió una nominación al Oscar como Mejor Actriz.
No obstante, I, Tonya no se limita a ser un vehículo para Robbie, sino también para los dos actores con los que más comparte escenas. Sebastian Stan sale de su zona de confort al dotar a Gillooly de una vulnerabilidad exterior, que lo hace aún más escalofriante cuando demuestra su agresividad en su tumultuosa relación con Tonya. Por su parte, no hay mucho que decir de Allison Janney, solo que su imponente presencia como la matriarca Golden le ha llevado a arrasar con todos los premios como Mejor Actriz de Reparto, categoría a la que también está nominada en los Premios de la Academia.
Así mismo, Gillespie decide utilizar un estilo ecléctico para contar la historia de Harding, usando como marco un falso documental. Confiando en su apuesta, el director mezcla los testimonios de los protagonistas, años después y filmados en tonos cálidos con un aspect ratio reducido, con los hechos que narran, en formato tradicional y usando una paleta fría. El contraste de esto hace que el filme resulte visualmente más atractivo, pero no es la única técnica de Gillespie. Es de particular atención la secuencia en que Tonya completa un triple axel por primera vez, su momento cumbre. I, Tonya se estrena en salas mexicanas el 9 de febrero. Es distribuida exclusivamente por Cinemex.
Una colaboración de Ximena Morales