Eddy | El álbum de celebración, funk y jazz de Busty and the Bass

Con el poder del streaming ahora podemos saltar de una canción a otra, de un género a otro, con tan solo apretar un botón. Sin embargo, aquí en #ruexmag aún nos gusta disfrutar de vez en cuando de la experiencia de escuchar un álbum de principio a fin, en el orden en que el artista lo planeó.

Esta es una colaboración de Ignacio A. Pérez C. para la sección de Música

Es por esto que te presentamos discos que nos han cautivado desde la pista número uno hasta el último segundo para que los escuches ya sea en un road trip o en la oficina. Esta semana te presentamos Eddie de Busty and the Bass.

 Eddie | Busty and the Bass | Soul / Funk / Jazz / Pop | 2020 | Arts & Crafts | 12 CANCIONES | 48:13 min

Busty and the Bass

Hay veces en las cuales uno se encuentra con artistas que repentinamente cambian el panorama de las cosas. De pronto el mundo se sacude un poco, y los términos “electro”, “soul” y “hip-hop” tienen todo el sentido del universo, una combinación lógica que te ha rodeado toda la vida, pero ahora late con la fuerza de mil soles. Así me pasó cuando escuché a Busty and the Bass. 


Este octeto originario de Montreal, tiene una historia amena y bastante bella. Todos se conocieron en la escuela de música de McGill University, tocando juntos por primera vez en una improvisada jam session en el patio compartido del apartamento de uno de los miembros.

Poco a poco, las sesiones se convirtieron en algo regular hasta que ese grupo de jóvenes se transformó formalmente en una banda. Aunque en un inicio tocaban música puramente instrumental, los montrealeses presentaron su primera pieza con voz “Tryna Find Myself” en un concurso de la CBC, el cual ganaron y el cual sirvió como impulso para afianzar su proyecto.

En 2015 y 2016 lanzaron sus primeros EP’s (GLAM y LIFT, respectivamente), los cuales obtuvieron un éxito notable en el público canadiense. En 2017 tomaron más importancia a nivel internacional con “Uncommon Good”, su particular mezcla de pop, soul, hip-hop y dance fue una grata sorpresa para los críticos y sus seguidores, pero aún faltaba un poco para escuchar todo su potencial.

Canciones favoritas:  Out of Love | Baggy Eyed Dopeman | Clouds | Time Don’t Make Me a Stranger | Go so Far 

Hace poco y de la mano de Arts & Crafts el octeto nos trajo como regalo de verano “Eddie”, una gran, pero grata, excepción al camino que iba tomar para el álbum de esta semana. Ahora, intentaré describir el disco de forma sencilla: su energía es excepcional.

En momentos las canciones se asemejan al vibrante estilo de Motown Records. Marvin Gaye, Boyz II Men e inclusive un poco de Diana Ross se entremezclan con obligados fascinantes de big band jazz, funk, dance, pop y el “sentir retro” con el que artistas como Dua Lipa han jugado recientemente.

“Out of Love”, “Kids”, “Little Late” y “Eddie” son piezas relativamente dóciles, upbeat, que permiten apreciar las texturas que se forman entre los instrumentos, dinámicos, innegablemente ochenteros, inexplicablemente cercanos.

Con “Baggy Eyed Dopeman”, el entorno se transforma en una gran fiesta, las influencias del funk relucen de manera contundente, la voz del legendario George Clinton (de Parliament – Funkadelic) aparece como invitada en un verso potente, el bajo une melodía y ritmo elegantemente, mientras que alientos y voces se agrupan en coros avivados que se intercalan en un juego grandioso que estalla antes de volver a la intimidad con “Clouds” donde de Amber Navran gobierna el entorno con sensualidad. 

“Et” maneja un aura misteriosa, gobernada por graves, pero llena de actitud y movimiento, inspirada sin dudas por algunas de las piezas más famosas de Michael Jackson. Las voces fluyen en cadencias propias del hip-hop, el resto de la instrumentación se suma lentamente, mientras la canción parece acelerarse, no obstante, de pronto, esta se extingue por completo en un instante. “Go so Far” continúa con el apasionado ajetreo de “Et” con grandes variaciones.

A partir de aquí, me dejo debrayar. Si uno pudiera colocarse sobre una enorme pieza de seda, tomando los últimos rayos de sol de un atardecer en una zona tropical, o manejando en el Caribe, este sería el soundtrack perfecto. Las voces no paran en su entrega, interpolando tonos aterciopelados, coros y versos de rap provistos por un remolino sonoro difícil de equiparar. Los alientos vienen y van, entretanto la batería está perfectamente empatada con el bajo, evolucionando constantemente a lo largo de la pieza. 

Podría hablar de ellos por páginas, pero ahora debo parar. Uno debe acercarse a “Eddie” como a un Mixtape o a una colección de singles. Las canciones están temáticamente separadas, como si cada una viviera en un estilo ligeramente distinto, pero todas están intrínsecamente ligadas por su máximo objetivo: el hacernos pasar un buen rato, festejar, sonreír y encontrar un momento de gozo. En mi humilde opinión, realmente lo lograron. 


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