Con el poder del streaming ahora podemos saltar de una canción a otra, de un género a otro, con tan solo apretar un botón. Sin embargo, aquí en #ruexmag aún nos gusta disfrutar de vez en cuando de la experiencia de escuchar un álbum de principio a fin, en el orden en que el artista lo planeó.
Esta es una colaboración de Ignacio Alfonso Pérez Campos para la sección de Música
Es por esto que te presentamos discos que nos han cautivado desde la pista número uno hasta el último segundo para que los escuches ya sea en un road trip o en la oficina. Esta semana te presentamos Bahamut de Don Bolo.
Bahamut | Don Bolo | Jazz / Punk / Rock / Experimental | 2022 | Blowjob Records | 13 Canciones | 40:44 min
Iré al grano. Cada vez que leo las descripciones de artistas que dicen estar creando música “incomparable”, o que están “fusionando géneros de formas nunca antes vistas” o que “crearon un nuevo género musical”, temo. No porque sean malos o por hater o mamón. Sé perfectamente que se están vendiendo, que ellxs claman y juran y aseguran que nadie hace arte como ellxs (cosa que es verdad en diferentes niveles). No obstante, el problema yace en mí. Y el problema es que genera expectativa, que si no es cumplida, deja un vacío por lo que “pudo ser”.
Por fortuna, una buena cantidad de artistas latinoamericanos se ha encargado de disipar en gran medida ese temor a la decepción, porque, al parecer, cuando un latino dice que está fusionando géneros, es porque en verdad lo está haciendo.
Corte a Don Bolo, un quinteto Ecuatoriano conformado por José Hernández, Emilio Montenegro, Daniel Gachet, Pedro Naranjo y Luis Sigüenza, que desde 2015 presume su particular “Criminal Punk Jazz” y ahora presenta su segundo álbum de larga duración.
Canciones favoritas: Bahamut | PVC | Nuevas Masculinidades | Coronavirus (Omega)
Bahamut, de acuerdo con la tradición islámica del medievo, es una criatura acuática masiva la cual apuntala la estructura que sostiene la tierra. El disco homónimo toma la inverosimilitud y vasto tamaño de la figura para edificar un mundo sonoro descarado, oscuro, irreverente, sarcástico, lleno de referencias contemporáneas (incluyendo a Bob Esponja) y saturado con ideas refrescantes.
Cada uno de los miembros del grupo conoce bien su puesto, de hecho, no podría decir que uno resalta más que otro porque en cada pieza estos fluyen según las necesidades que existen en la música. Bajo y batería se ligan de forma pulcra mientras alientos y guitarra se entremezclan en un caos medido de melodía, distorsión y descarnada euforia, ejecutando el perfecto acompañamiento para el fin del mundo. Las disonancias son tan frecuentes como los pasajes más ordenados, los obligados figuran puentes ilusorios, puntos de referencia que anclan la poca sanidad que queda a una realidad demencial o a una fantasía corrupta.
Ahora… ¿por qué escucharlo? Para empezar el álbum cuenta con colaboraciones de un altísimo calibre, representadas por amigos de la banda. La voz de Emilia Moncayo (MINIPONY) sale en el tema ‘PVC’, Enrique Bernous Ditto (Morfeo) en las canciones ‘Bahamut’ y ‘Coronavirus’ (parte 1 y 2), Miguel Gallardo (Jazz The Roots) y Javier Vera en los teclados y Adrián Cabezas en el diseño sonoro de ‘Sólo Tolérala’.
Si el despliegue de talento no es particularmente reconocido, entonces es un buen lugar para empezar. Este no es un disco para quien quiere visitar a los abuelos o cocinar al aire libre con los suegros, este es más bien el conjunto de canciones con el que visualizas crímenes de un noir post-apocalíptico, con el que imaginas romperle la cara al desgraciado que ya te colmó la paciencia, con el que harías ejercicio, con el que te perderías en un universo -bizarre-, extremadamente colorido, hilarante y con cierto peligro.
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