“Nunca lo había pensado. ¿Acaso no hay muchas de ellas en la vida real?” fue la respuesta contundente del director mexicano, ahora dos veces ganador del Óscar, Alfonso Cuarón cuando un reportero de la revista Variety le cuestionó la razón por la que se sentía atraído hacia los personajes femeninos fuertes ya que muchas de sus cintas narran historias centradas en mujeres. En un momento de transición para la industria fílmica estadounidense, en donde los ecos de la manifestación del movimiento Time’s Up parecen dispersarse para ser olvidados, resulta poco sorprendente la pregunta hecha a Cuarón, casi tan inevitable como preguntarle a una actriz “¿Qué se siente interpretar a una mujer fuerte?” Afortunadamente, aún existen personas como Emilia Clarke (Danaerys Targaryen en Game of Thrones) que alzan la voz ante lo patético que en realidad es la existencia de esta desigualdad socialmente aceptada
Si bien es cierto que como mujeres dentro de sociedades occidentales gozamos de una situación mucho más privilegiada que nuestras antecesoras, también lo es que todavía no existe una verdadera equidad de género en muchos rubros de nuestra vida cotidiana. Un ejemplo bastante conciso de ello es la industria fílmica. De acuerdo con el más reciente informe del Centro de Estudios para Mujeres en la Televisión y el Cine de la Universidad Estatal de San Diego, solo el 31% de los protagonistas de las 100 películas más taquilleras de 2018 fueron mujeres. Pese a que en el 68% de las películas independientes son protagonizadas por mujeres, en las cintas producidas por los grandes estudios el número se reduce a más de la mitad, 32%. Aunque no lo pareciera, este dato es tan solo una muestra más de la desigualdad que existe en la industria porque pese a que existen muchas más historias centradas en mujeres, éstas no son producidas con el mismo respaldo económico con el que cuentas las películas de un estudio importante, cuestión que también dificulta su posterior distribución y la llegada a sus audiencias objetivo.
Retomando las respuestas de Cuarón y de Clarke, también es importante analizar qué clase de representación es la que continuamos viendo en pantalla. ¿Acaso los personajes femeninos se han vuelto más complejos o continúan encasillándose en estereotipos? Una de esas imágenes que ha cobrado mayor fuerza desde la década de los ochenta es la de tan llamada “mujer fuerte” tras el nacimiento de personajes considerados como íconos feministas como Ellen Ripley y Sarah Connor. A diferencia de las mujeres sumamente pasivas y sumisas que dominaban la pantalla grande hasta ese momento, tanto Ripley como Connor se caracterizaron por forjarse para luchar contra poderosas herramientas, valiéndose más que de su poderío físico (aunque hay una secuencia en Terminator 2: Judgement Day en que se ve a Sarah haciendo ejercicio pesado para mostrar su fuerza física contrastando con su figura esbelta de la primera cinta), de su inteligencia y capacidad para mantener la cabeza fría en situaciones de alta presión. Pese a ello, Ripley y Connor eran humanizadas por sus sentimientos. Ripley fue afectada por los sucesos en Nostromo mientras que Connor siempre tuvo como prioridad a su hijo. Sin embargo, los personajes femeninos “fuertes” que fueron creados tras ellas han caído en la deshumanización, negándoles motivaciones sentimentales, a la par que existe una regla no escrita de que entre más masculinas (o al menos, lo que socialmente se considera como tal) sean sus características, más fuertes se le considera.
Señores, no necesitamos más personajes femeninos “fuertes,” después de todo pedirlos implica que existen mujeres débiles. Lo que necesitamos, en cuestiones de representación, son más personajes femeninos tridimensionales que demuestren que ser una mujer fuerte no es una cuestión de femineidad y masculinidad, sino de balance, así como pasión por lo que hacen, creen y sienten.
Como conmemoración del día de la mujer, hemos decidido crear una compilación no de películas, series o documentales feministas sino de algunos personajes femeninos) que han ganado nuestro cariño por representar lo que es ser una mujer en los últimos cinco años. Hemos intentado que esta lista abarque tantos géneros como sea posible, pero es muy probable que esta lista haya dejado fuera a otras mujeres relevantes por cuestiones de tiempo y espacio. Si recuerdas a otro personaje, dinos.
- Lydia Riera, Penélope y Elena Álvarez (One Day at a Time, 2017- )
El mayor acierto del remake de Netflix de la comedia setentera One Day at a Time es brindarle el protagonismo de la serie a un trio de mujeres tan diferentes entre sí, pero fuertemente unidas por su lazo familiar. Mientras que Lydia (LA Rita Moreno, poseedora de un EGOT) es la matriarca de la familia, tan exuberante como dominante, Penélope (Justina Machado) y Elena Álvarez (Isabella Gomez) son su descendencia, en apariencia más centradas, pero con la misma chispa de Lydia. Con tres temporadas en que numerosos episodios tocan temáticas tan actuales como el PSTD, salir del clóset, la añoranza de un ser querido tras la muerte, la identidad y la dificultad para balancear el día a día, las Álvarez han mostrado las diferentes facetas que te hacen pensar en ellas como tu propia familia.

- Amy Santiago, Rosa Díaz y Gina Linetti (Brooklyn Nine-Nine, 2013- )
Escribir una sitcom es relativamente fácil. Además de un sentido del humor bastante peculiar, simplemente se necesita de personajes tipo, que no salgan de su molde, para colocarlos en situaciones en que sus diferentes personalidades colisionarán. Sin embargo, en sus seis temporadas (y ya renovados para una séptima) Brooklyn Nine-Nine ha demostrado que sus personajes son mucho más complejos que los de la mayoría de los dramas. Para muestra, sus mujeres: Amy Santiago (Melissa Fumero) esconde a una mujer que solo busca ser aceptaba bajo su imagen perfeccionista y competitiva; bajo su apariencia ruda, Rosa Díaz (Stephanie Beatriz) ha demostrado ser uno de los personajes más sensibles y leales de la serie, así como Gina Linetti (Chelsea Peretti) es uno de los más perceptivo, aunque pareciera que nada le importase además de sí misma. Y las tres, son sumamente competentes en su trabajo dentro del Nine-Nine.
- The Clone Club (Orphan Black, 2013-2017)
De Orphan Black aprendí que la familia muchas veces se encuentra más allá del entorno en el que creciste. Si bien cada una de las sestras comparten el mismo ADN, lo que hace tan maravilloso a Orphan Black y a su protagonista, Tatiana Maslany, es la complejidad de cada una de las clones. Unidas por un mismo fin, Sarah, Cosima, Helena, Alison y compañía encuentran en sus diferencias la fuerza para superar adversidades. Debe reconocerse que en cinco temporadas, los guionistas jamás sacrificaron el desarrollo de algún miembro de The Clone Club, dándoles así el mismo peso protagónico que Sarah, nuestro primer enlace con la mitología de Orphan Black.

- Nico Minoru (Marvel’s Runaways, 2017- )
Proveniente de un comic poco conocido y su posterior adaptación para la television gracias a la nueva casa de Marvel en el streaming, Hulu, Nico Minoru (Lyrica Okano) es el personaje con el arco narrativo más interesante dentro de Runaways, una proeza digna de ser mencionada cuando la serie posee un elenco principal conformado por 17 nombres. Más allá de ser la mitad del popular ship, Deanoru, Nico se ha visto obligada a encontrar un balance entre sus impulsos más oscuros y su vida, tanto la que estaba acostumbrada como a su nueva normalidad, pasando de ser una chica gótica enojada con el mundo a la verdadera líder y protectora de su grupo de amigos.
- Peggy Olson (Mad Men, 2007-2015)
Pese a que Mad Men es absolutamente fiel a la época que representa, una sociedad neoyorkina que se cree liberal y desenfrenada cuando en realidad continúa siendo machista y con pocas oportunidades de movilidad social, un personaje en especial destaca entre todos por su determinación para hacerse un nombre en el altamente competitivo mundo publicitario usando como únicas armas su gran inteligencia, su capacidad para adaptarse y su creatividad: Peggy Olson (Elizabeth Moss). Olson logra convertirse en la verdadera protagonista de la serie cuando los excesos y la decadencia de Don Draper (Jon Hamm) se vuelven aburridos tras 92 episodios.
- Queen Elizabeth II (The Crown, 2016- )
Asumir la corona de una nación no es una tarea sencilla, especialmente cuando ésta llega a ti tras la inesperada muerte de tu padre y a una muy corta edad. Si bien The Crown no es una representación fidedigna de la dinastía Windsor por el hermetismo de la Casa Real Británica respecto a su vida privada, la fascinante transición de Elizabeth (Claire Foy) de una tímida joven a una poderosa mujer, obstinada con demostrar su valía para su reino, hacen de la serie digna para un binge watch.
- Annalise Keating (How To Get Away with Murder)
Para convertirse en la abogada más temida en Philadelphia es necesario poseer una mente completamente calculadora, una que es capaz de ver un vacío o un mínimo detalle que puede alterar radicalmente el curso de una decisión judicial, una victoria casi inevitable que el opositor ya celebraba de antemano. Annalise Keating no simplemente tiene esto, sino también una construcción de personaje porque bajo su máscara de frialdad esconde a una mujer protectora y rota que se ha tenido que se ha reconstruido más de una vez a lo largo de su vida.
- Claire Fraser (Outlander, 2014 – )
Claire Fraser (Caitriona Balfe) es una mujer revolucionaria, sin importar el siglo en el que viva por sus conocimientos medicinales, su mente abierta y sus fuertes posturas ante situaciones que le parecen injustas. De un carácter tan necio como el de su segundo esposo, el highlander Jamie Fraser (Sam Heughan), Claire debe aprender a equilibrar su conocimiento del futuro para no alterar los sucesos históricos de los que ahora forma parte tras ese fatídico día en Escocia.
- Marta Valdivia (Pequeñas coincidencias, 2018- )
La premisa de la primera serie española original de Amazon Prime es curiosa puesto que sus protagonistas viven vidas completamente ajenas y son impulsados por el repentino deseo de convertirse en padres en una edad que socialmente se considera como tardía, no obstante, es su protagonista, Marta (Marta Hazas) quien resulta un verdadero descubrimiento en la comedia romántica. Si bien su personaje resulta reminiscente de las comedias románticas, Hazas logra elevar el personaje a través de sus intenciones directas y timing cómico, diferenciándola de esas chicas que continúan esperando a su príncipe azul.
- Cleo (Roma, Alfonso Cuarón, 2018)
Para muchos, Cleo (Yalitza Aparicio) es un personaje sumamente pasivo que apenas reacciona con los eventos a su alrededor. Sin embargo, esas personas ignoran la fortaleza silente de la protagonista de una de las cintas que debió haber ganado el Oscar como Mejor Película este año. Cleo es más que una simple espectadora del derrumbe del matrimonio de la casa en la que presta sus servicios, si ni siquiera pedirlo se convierte en el pilar que mantiene unido a lo que queda de la familia con su embarazo malogrado y su conexión con cada uno de los niños a su cuidado.
- Moana (Moana, Ron Clements y John Musker, 2016)
Moana es una de esas pocas películas de Disney en el que un interés amoroso es inexistente puesto que el principal dilema de la joven protagonista recae entre asumir su responsabilidad como la futura líder de su pueblo o navegar por el mundo, como siempre lo ha soñado. Y Moana, el personaje, es la clase de personaje que me hubiese gustado tener como modelo cuando era una niña por su alegría, su capacidad y su resiliencia.

- Evelyn y Regan Abbot (A Quiet Place, John Krasinski, 2018)
Para John Krasinski hubiese resultado sumamente sencillo hacer lo mismo que Bradley Cooper en A Star Is Born (2018): Centrar el peso dramático de la historia que narra en su personaje, haciendo de los personajes femeninos a su alrededor simplemente una plataforma para profundizar en su psique. Sin embargo, en A Quiet Place, Krasinski cede los reflectores a su esposa, Emily Blunt, y a la joven promesa Millicent Simmonds, quienes interpreta a una pareja de madre e hija que explorar la pérdida de manera completamente opuestas en un mundo donde un leve sonido puede matarlas.
- “Calamity” Jane Bodine (Our Brand is Crisis, David Gordon Green, 2015)
Su mismo nombre, Jane Bodine es una calamidad. Y calamidad es efectivamente lo que trajo a Bolivia al convertirse en la asesora de la campaña presidencial de un candidato boliviano poco popular. Independientemente de las implicaciones políticas que puede tener Our Brand Is Crisis sobre el intervencionismo estadounidense en América Latina, Bodine queda como un personaje para recordar no solo por sus ambiciosas estrategias, sino por el corazón debajo de la fría consultora política que manipula al pueblo boliviano a elegir a su candidato.
- Molly Bloom (Molly’s Game, Aaron Sorkin, 2017)
Molly’s Game es un apasionante drama sobre el mundo de las apuestas millonarias, donde una sola mujer logró construir un imperio en poco tiempo gracias a su ingenio y carisma hasta que te das cuenta que está basado en una historia real, y que ese imperio tan sólido en realidad era tan frágil como una burbuja puesto que la cinta está basada en el libro que la verdadera Molly Bloom escribió para librar una condena más fuerte por organizar círculos de apuestas ilegales. Dejando de lado eso, la Molly Bloom de Jessica Chastain es tan magnética como la misma naturaleza competitiva del personaje, una figura que deseaba destacar a como diese lugar.
- Sargeant Rita Vrataski (Edge of Tomorrow, Doug Liman, 2014)
Independientemente de mi creencia de que Edge of Tomorrow no recibió la atención que realmente merecía por ser vista como un vehículo más de Tom Cruise para intentar rescatar la Carrera que perdió tras el inicio del nuevo milenio, es importante mencionar que la cinta no funcionaría de la manera en que lo hace sin la presencia de Rita Vrataski (Emily Blunt, segunda vez que aparece en esta lista). Enfocada en su trabajo y sumamente competente, Vrataski es un homenaje a las mujeres fuertes originadas en Connor y Riley a la par que se posiciona a sí misma como una figura transcendental al convertirse en el modelo aspiracional del protagonista por su desinteresado sacrificio por el bien de la humanidad y no un simple interés amoroso. No por nada le llaman el Ángel de Verdun.
- Asma Khan (Chef’s Table, 2005 – )
Como dueña del Darjeeling Express, Asma Khan está haciendo historia y no solo por convertirse en la primera chef residente del Reino Unido en tener un episodio dedicado a ella y su cocina. Seleccionada por los productores de la serie por su política restaurantera ya que su cocina está conformada exclusivamente por mujeres, Khan es una historia de éxito que podría sonar como cliché por las dificultades que afrontó, pero que no endureció su corazón puesto que esas adversidades son las que quieren eliminar con el Darjeeling Express.
- Malala Yousafzai (He Named Me Malala, Davis Guggenheim, 2015)
La historia de Malala Yousafzai es bastante conocida: pese a la imposición del Talibán para que las niñas dejasen las escuelas, Malala luchó para seguir asistiendo a sus clases en Pakistán a pesar de que un pistolero cobarde le disparó en el rostro. La elocuencia de Malala para hablar sobre los derechos de las mujeres, especialmente al de la educación, es admirable.
- Las mujeres de Hapur, India (End of Sentence, Rayka Zehtabchi, 2018)
“No puedo creer que un libro sobre la menstruación haya ganado el Óscar” fue la frase que no pudo evitar proliferar Rayka Zehtabchi cuando su documental Period. End of Sentence. fue designado como mejor corto documental en la pasada entrega de los Premios de la Academia. Con justa razón. La obra es un apasionante relato sobre un grupo de mujeres que confeccionan toallas sanitarias biodegradables y educan a otras sobre la menstruación en Hapur, India, un poblado en que este proceso natural es aún estigmatizado.
- Las reclusas adolescentes de Madison Juvenile (Girls Incarcerated, 2018)
El elenco entero de Orange is the New Black se queda corto ante las desgarradoras historias reales de cada una de las muchachas que decidieron formar parte de esta serie documental. Conocer la historia de cada una de ellas, comprender las razones detrás de su comportamiento que las llevó a la prisión, empatizar con sus sueños y aspiraciones, emocionarse con su buen comportamiento no te prepara para la dureza con la que veas a esas niñas autosabotearse, volver a caer en esos viejos hábitos que les causan problemas y entrar en una zona de confort hasta que ellas se sienten otra vez preparadas para salir adelante. Es una lástima que hoy día Madison Juvenile esté cerrado.
Esta es una colaboración de Ximena P. Morales para la sección de Cine y Televisión
Especial Mujeres en la Música Vol. III Parte I | Los datos duros